jueves, 1 de julio de 2010

Vacaciones estivales: a pasar calor... sin parar...

Me encanta la espontaneidad. Sí, reconozco que me gustan las sorpresas en cada momento, me gusta que las cosas vayan llegando como tienen que llegar... Y me sorprende. Yo, que siempre que tenía la idea de hacer algo, lo planeaba, lo organizaba al milímetro, y me costaba salirme de mis propios planes... pero la experiencia me ha dicho que los eventos espontáneos son los que mejor salen, en los que mejor se lo pasa uno, en los que más se disfruta...

Últimamente es lo que me está pasando. Me están saliendo planes hasta de debajo de las piedras. Sin pensarlo, lo que se planteaba como un verano normalito... incluso soso... incluso aburrido... se ha convertido en un verano lleno de planes, de un constante ir y venir de gente, de un continuo movimiento de un lado a otro, de un "lo siento, este fin de semana no puedo, lo tengo ocupado" a todas horas... Sin quererlo, sin proponérmelo, he ocupado mi verano como si del último verano de estudiante se tratara.

Hace bien poco hablaba con una amiga por teléfono. Ambos recordábamos nuestro verano de COU, de segundo de Bachillerato, como uno de los veranos en los que más habíamos hecho, y en los que más habíamos disfrutado de las vacaciones estivales. Incluso, reconocíamos con melancolía que nos costaría volver a tener otro verano como ese. Y es que, de un tiempo a esta parte, el verano ha sido una de las épocas en las que más he trabajado. Las circunstancias, y mi ocupación hasta el momento, convertían el verano en una de las mejores épocas y en la época propicia para el trabajo. Carecía de vacaciones de verano desde el 2004. Sí, recuerdo no haber trabajo el verano de 2007, lo ocupé proponiéndome sacar el carnet de conducir. Pero mis veranos nunca han sido veranos de vacaciones.

Parece que mi cuerpo y mi subconsciente se han dado cuenta de ello este mismo verano. Estoy en paro, y yo mismo me he creído que esa circunstancia es lo mismo que estar de vacaciones pagadas. Como decía, mi verano se ha llenado de planes, de viajes, de ideas, de visitas, de fiestas... Ayer un amigo me decía, que la verdad es que no era para tanto. Y tiene razón, no es para tanto, pero teniendo en cuenta los planes que yo tenía al comienzo del mismo, hasta llegar a tener ocupados todos los fines de semana, como ahora tengo, hay una gran diferencia.

No sé cómo ha pasado, pero está bien. Dentro de la planificación propia de cada uno de los fines de semana (algunos de los planes ocupan semanas completas), ha sido todo de una manera espontánea, me han ido llegando ideas poco a poco que no he podido rechazar... y las he ido gestando, hasta convertirlas en mis propios planes...

Hace un par de meses, contestaba yo a un mail de una amiga, en el que me preguntaba que cómo se planteaba el verano... Repito, le contesté que mi verano se planteaba bastante aburrido, que sólo disponía de un plan (que se repite cada año y que no cambiaría por nada) hasta el momento, y que no creía que apareciera ningún otro, porque carezco de una fuente de ingresos... ¿Qué ha pasado? me he dejado llevar por la locura del momento... eso es una buena señal...